18 de marzo de 2024

Hasta que el destino nos alcance

 

Nos tocó otros comienzo de semana con lluvia. La verdad es que hacía tiempo que tenía ganas de escribir algo nuevo. Pero, que sea algo “nuevo”, no significa que sea original, o con un enfoque diferente. Precisamente eso es lo que estoy tratando de lograr: No es tan simple como parece, considerando que ya llevo casi 20 años haciendo notas en este blog. Y siempre recalco que si sigo adelante, es porque me gusta y me complace.

No se puede pretender una creatividad descollante, pero sí es posible analizar lo que nos está pasando desde otra posición. Antes, yo veía las noticias nacionales sin mucha atención. La verdad es que uno busca evadirse momentáneamente, pero también tenés que saber dónde estás parado. Como periodista, y como ciudadano, tengo que informarme de los acontecimientos. Porque si vos dejás fluir la actualidad intencionalmente, ella misma te va a pasar por encima. 

Más allá de la diminuta capacidad que tenemos para revertir algo, este proceso del nuevo Gobierno implica otros cambios: En el estilo de vida, en los hábitos, en la economía de cualquier hogar. Pero ojo: Esto ha sucedido antes, con otra gente ocupando sus oficinas en la Casa Rosada. Lo que pasa es que los que están ahora, expresan su cinismo sin escrúpulos y con brutal sinceridad. No es que los otros no lo hayan sido infame, síno que eran más políticamente correctos. No me entra en la cabeza cómo una Ministra pueda criticar los créditos a los jubilados, con el argumento de que “se van a morir igual”. ¡Si pensás eso, por lo menos no lo digas!

Y en lugar de seguir rompiendo las b… con la retórica de los “zurditos” y el comunismo, deberían mirar hacia adentro, porque las cagadas se las están mandando todos los días, en cualquier área de la gestión que quieras mirar. Son tan inexpertos en líneas generales, que los legisladores de la oposición los están pasando por encima. Por una razón muy sencilla: Son mayoría, y hacen uso de esa demostración de fuerza para bloquear los mamotretos que envía el Ejecutivo. En el Congreso, los libertarios han tenido una derrota tras otra, y siguen sin escarmentar. 

La furia de Milei es el berrinche de un chico al que le quitan un caramelo, no pasa de ahí. La libertad, parece, no avanza. Pero los fracasos se multiplican.

Si hablamos estrictamente de economía, han logrado planchar al dólar blue y frenar la especulación. Hay que ver hasta cuándo da resultado la estrategia. La gente va vendiendo sus ahorros en dólares porque no hay pesos. No hay circulante en la calle, se profundiza la recesión, y cae el consumo. Y si tu solución, como una forma de que el mercado local baje los precios, es abrir la importación, no sé qué pensar desde la ortodoxia económica. Es otra medida que se ensayó decenas de veces, con resultados muy magros. Básicamente, porque no podés competir con gigantes como China, que tienen mano de obra barata y donde casi no hay sindicatos ni intermediarios de ese tipo.

 Acá lo que están buscando, claro está, es una reforma laboral que beneficie a los empresarios, para despedir empleados más rápidamente a un costo ínfimo. Es una vergüenza el sólo hecho de plantear un seguro de desempleo, porque en los hechos, eso quiere decir que estás aportando de tu sueldo para pagarte tu propio despido. Hay gente que todavía no lo entiende.

Los ideales que cimentaron la Revolución Francesa eran claros: Libertad, Igualdad y Fraternidad. Pues bien, acá tenemos libertad, pero carecemos casi por completo, de igualdad y fraternidad. ¿Por qué? Por pertenecemos a una sociedad fragmentada, llena de prejuicios, porque vas por la calle y pensás que si se acerca una persona con cierta vestimenta o color de piel te puede robar… En fin, todos sabemos que mayores desfalcos de la historia los han perpetrado los políticos, ladrones de guante blanco, que usan al Estado para beneficio propio. Entonces no jodamos. Por supuesto, no estoy negando que haya delincuencia o territorios copados por los narcos, pero lo que intento plantear es que aquellos que ocupan un despacho, están ensobrados con coimas, prebendas, y favores espurios. De todos ellos, los escasos personajes que son investigados y sometidos a juicio, no son condenados, ya sea porque cumplieron unos años de prisión domiciliaria, o porque la causa prescribió. Nos estamos viendo pronto. Punto final.

 

 

 

 

 

 

14 de marzo de 2024

¿Cuál es el costo que hay que pagar?

Cuando te sentís agotado físicamente, lo positivo es que no tenés tiempo -ni ganas-, como para pensar en otra cosa. Sólo querés descansar y recuperarte para seguir adelante con lo que te queda en el resto del día. Relegás a un segundo plano todo lo que serían preocupaciones superfluas, discusiones boludas, o temas más sensibles como los aumentos que te golpea el bolsillo. No es fácil establecer prioridades, pero es la única forma que conozco de no caer en un pico de estrés.

El cansancio excesivo te lleva a actuar como un autómata. De hecho, puede ser que transitoriamente te dé todo lo mismo. Pero desde un dolor de espalda hasta una migraña, todo está ligado a tu cerebro, cuya función (en ese caso), se limita a bloquear ese torbellino de pensamientos que vienen y van, y que cobran mayor presencia cuando estás muy ocioso. Claro que si uno no reacciona con prontitud para resolver un asunto que se te va de las manos, los hechos no se modificarán por sí solos. Al dejar de darle tanta rosca a lo que pueda pasar, esa parte de tu "disco rígido" permanece inactiva, te da un respiro, como cuando ponés a la computadora en función suspender o hibernar. A decir verdad, continúa funcionando, pero (retomando la analogía anterior) solamente se activa cuando el usuario presiona alguna tecla o hace un movimiento con el mouse. 

Tu cerebro no se apaga del todo, se asemeja a la lucecita roja de un monitor y un televisión que está en “stand by”. Es posible que la fatiga mental contribuye a la física, o viceversa. No soy médico, pero podría afirmar que un trastorno psicosomático: Mientras estés vivo, no se puede separar a la mente del cuerpo, porque ambos te pasan factura por lo que hagas o dejes de hacer. Es el mismo cerebro el que contribuye al dormir, por eso hay gente que toma melatonina, para reforzar el efecto que tiene esa hormona que tu propio organismo libera para regular el sueño.

 

Esta semana fue particularmente intensa, pero no lo digo con ánimo de queja, sino que se dio así. Ir que ir adaptándose a la "nueva normalidad". Para una persona como yo, que hace rato dejó de frecuentar una institución educativa en calidad de alumno, volver a hacerlo a esta edad te lleva a mirar las cosas desde otro lugar.

 

Por otra parte, no puedo descuidar mi laburo: Ello significa crear contenido, más material periodístico. Desde hace unos días noté una merma a nivel general que no me afectó sólo a mí, sino a otros medios. Cuesta acordar notas o entrevistas, establecer un horario para esa finalidad. Yo me dedico a eso, los lectores lo saben, no hay sorpresas al respecto. Uno informa sobre aquello que recibe del exterior, del entorno donde se vive. Pero hay que apelar a todas las fuentes y recursos. Difundir una gacetilla o un comunicado es genuinamente útil para el sector hacia el cual va dirigido. Y si el target resulta muy acotado, para los demás será intrascendente. Es así. Lo mismo pasa con la producción periodística propia, pero la diferencia está en que allí todo el esfuerzo lo pusiste vos. 

Si rinde sus frutos o no, si tiene buena llegada a los lectores... Esa valoración puede variar. Pero yo estoy satisfecho sabiendo que conseguí esa nota por mérito propio, más allá de la repercusión que pueda tener. Tiene otro valor, desde el momento en que llamé a esa persona con el objetivo de dialogar, hasta que luego de todo el proceso, aparece el texto publicado. 

Algunos quizás no lo entenderán, pero para mí es así.  Aquel que escribe notas orientadas a un espectro amplio de audiencia, debe apuntar a la diversidad. Es decir, que podés tener un portal de noticias que sea sobre política, y está perfecto, pero el éxito comercial ante un producto tan específico sólo lo he visto en aquellos de alcance nacional (como La Política Online, o Letra P). Son periodistas que tienen un gran formación, y acceso a fuentes confiables. 

Reitero: Cada uno lo analizará como le plazca, pero en cualquier actividad que hagas, vas a tener una competencia, y lo que te permite asegurarte la fidelidad de la audiencia o clientes, es -ni más ni menos-, que destacarte con tu estilo, con tus fotos, con tus videos. Después la gente hará o hablará lo que quiera, pero si te manejás con ética, no hay que rendirle cuentas a nadie. Siempre es bueno escuchar consejos de los que saben algo de marketing, porque ellos sí están en el meollo de la cuestión. Nos estamos viendo pronto. Punto final. 

13 de marzo de 2024

Esta noche vi llover...

 Mitad de semana en Lobos. Estamos atravesando tres días consecutivos de lluvia que -obviamente- traen consigo complicaciones considerables, sobre todo para quienes estamos en condición de peatones. Sacar la bici con esta contingencia climática no es la mejor opción, porque todavía hay muchas calles donde el agua continúa estancada. Sabido es que las bicicletas actuales carecen de guardabarros, o como se llame a la chapa que cubre a las ruedas. Es decir que toda tu ropa terminará salpicada en cada badén que debas transitar, por más recaudos que se tomen al respecto.  

No deja de ser curioso la intensidad con la que se registró el temporal. Chaparrones feroces, breves pero intensos, que en el lapso de pocos minutos hacían imposible la circulación. Salir a la calle sin mojarse zapatillas o medias se convierte casi una proeza, y como no hay sol que permita que la ropa se seque, se van acumulando tanto las prendas sucias como el calzado que todavía conserva cierta dignidad, pero que no ha sabido esquivar el obstáculo que supone encontrarse a cada paso con charcos por doquier. Aunque lleves un paraguas, lo único que te cubre es la cabeza. Cuando finalmente lográs llegar a un lugar bajo techo, lo dejás colgado en alguna silla, y no sé si seré un simple incauto, pero muy probablemente te lo olvides y sólo te percatás de ello cuando la lluvia empieza a arreciar nuevamente.

Además de asumir el desafío de dictar un taller, que estimo comenzará a la brevedad, estoy haciendo dos. Voy a aprovechar el próximo fin de semana para diagramar una estrategia que me permita, mínimamente, cubrir todos los frentes. Lo más importante sigue siendo es mi laburo actual, porque es lo que me deja plata. En cuanto a lo que estoy aprendiendo, podría dejarme otro ingreso a futuro, cuando ya los cursos finalicen y yo pueda capitalizar lo que me dejó en términos de aprendizaje. La verdad es que no quiero decir demasiado aún, porque es muy reciente. Si consigo el objetivo ya tendrán más noticias.

Estas jornadas adversas, son propicias para dormir una breve siesta, ya que otra cosa no se puede hacer. Toda actividad que estaba prevista al aire libre, fue suspendida y en ciertos casos se reprogramó para otra fecha, y así te van quedando baches en medio de la agenda. Pero cuanto más cansado estoy, más me cuesta dormirme, no me lo puedo explicar. En fin, yo diría que mientras pueda cumplir con todos mis compromisos, va a estar todo OK. En 24 horas, pueden suceden un montón de cosas, o todo lo contrario, sentir que fue un día totalmente desaprovechado.

En más de una ocasión tengo trabajo pendiente, y si las circunstancias me llevan a laburar contrarreloj, el resultado no es el mejor: Me cuesta darle la forma adecuada a los textos. A veces hago un borrador, voy desgrabando algunos tramos de un reportaje o entrevista, y después ya me dedico redactar y pulir los detalles para que esa nota pueda ser publicada .

Tema 2: Desde nuestro modesto “status quo”, a nivel país, no hay una política exterior clara. Al parecer este Gobierno quiere alinearse con EE. UU. e Isreal. Mientras tanto, no cesan de lanzar boludeces, como que vamos a volver a ser una potencia, y otras incoherencias por el estilo. Difícilmente podríamos volver a ser algo que nunca fuimos. Argentina nunca fue una potencia, digámoslo de una vez. Sí es cierto que a mediados del siglo XX fue un gran proveedor de materias primas, por eso tenemos esa mirada nostálgica de “el granero del mundo”. Un granero que era para unos pocos, porque la mayoría de la población era analfabeta, cobraba salarios miserables, y estaba sumida en la pobreza.

La mirada que históricamente ha tenido EE. UU. sobre América Latina no ha variado, por más que se alternen en el poder demócratas o republicanos. Somos un subcontinente al cual han sometido y presionado para que resulte funcional a sus intereses. Durante la Guerra Fría, en la lucha contra el comunismo, se entrenaba a los militares para emprender una contraofensiva hacia los países que eran vistos como una amenaza: Nicaragua, Guatemala, Chile, y la lista sería extensa..

Ya más cercanos en el tiempo, buscan consolidar su hegemonía firmando tratados de libre comercio en los que ellos, claramente, resultan los más beneficiados. Los Chicago Boys no necesitan ametralladoras o fusiles. Por eso es un poco temerario que ciertos periodista vean como un ejemplo a países como El Salvador, que han resignado su moneda soberana, y apelan a la militarización, y a la “mano dura” para combatir a las pandillas, a los sicarios y a los narcos. No se ataca la cuestión de fondo llenando una cárcel con perejiles. Tenés que ir a la caza de los que se llevan la mayor parte de la torta, que son los capos con dominio territorial. 

Internet es, definitivamente, una caja de sorpresas: Hasta 2010, pocos sabían que cientos de cables presuntamente confidenciales de las Embajadas de EE. UU. se iban filtrando, y que por lo tanto, salían a la luz estrategias espurias y vergonzosas para continuar esa degradación hacia los latinos o hispanos. Todo ello comenzó a difundirse, como seguramente recordarán, en el sitio web Wikileaks. Pese a que se desató un escándalo de grandes proporciones, los diplomáticos yanquis optaron por seguir como si nada, porque siempre fue su modus operandi habitual. No hallaban motivos para alarmarse, lo consideran una práctica natural y que tienen totalmente asimilada. Todavía hay gente que reacciona con asombro al comprobar que estas cosas suceden ahora como hace 50 años, pero con otra tecnología. Como si la CIA nunca hubiera existido, los espías fueran una ficción a la usanza de James Bond, y las operaciones de las multinacionales para voltear gobiernos fueran teorías caprichosas.

Pero justo es decir, por otra parte, que las dictaduras que se visten de ropaje socialista y/o comunista, lejos de brindar prosperidad al pueblo, lo único que hacer es proferir bravuconadas hacia la tribuna, ejercer una demagogia sin límites, y exacerbar una suerte de patriotismo que cae en saco roto cuando el pueblo al que ellos invocan que va hundiendo cada día más. Nos estaremos viendo pronto. Punto final.  

(PD= Sepan disculpar los errores de tipeo, cuando reescribís y corregís es algo que suele pasar)

10 de marzo de 2024

Cortocircuito total

Parece una comedia de enredos. Pienso que si algún extranjero con espíritu crítico está al tanto de lo que viene pasando, no lo podría creer. En su infatigable escalada verbal, Milei cuestiona a los diputados y senadores, por haberse aumentado un 30 % sus dietas. Básicamente, el Peluca pretendio vestirse de héroe agitando la bandera de la supuesta austeridad que el país necesita. En el medio, hubo espacio suficiente dentro de la flora y fauna de la política como para que algunos trolls y funcionarios de segunda línea empezaran a chicanear a una legisladora, porque sólo tiene estudios primarios. La mujer es tan ignota que ni me acuerdo de su nombre, y el común de la gente también lo desconocía hasta que fue noticia por este insólito motivo. Según la Constitución, ella no está inhabilitada en absoluto. Puede ocupar una banca ya que la Carta Magna no establece como requisito alcanzar un determinado nivel educativo.  

Pero la función no terminó ahí: En el segundo acto, aparece de la nada la diputada Tolosa Paz (quien nunca hizo nada, por eso cada aparición suya nos toma por sorpresa), denunciando que el Presidente y todos sus Ministros se autodecretaron una suba de casi 49 % en sus sueldos. El dato es real. Milei tuitea, nervioso, alguna estupidez para justificarse. Pero el decreto lo firmó él, de modo que no puede decir que no estaba al tanto, a menos que no se tome el trabajo de leer antes lo que va a firmar. Quedó en offside, una vez más, incluso para sus fanáticos, que prefirieron trazar teorías disparatadas. Cayó en la volteada, casi como manotazo de ahogado, la Secretaría Legal y Técnica. 

Veamos: Está claro que ningún presidente puede dedicarse exclusivamente a confeccionar decretos y delega esa potestad en gente capacitada, que parece no serlo para nada. Pero sea como sea, si esa normativa tiene tu firma, cagaste.

 Ambos incrementos, el de diputados y el del Poder Ejecutivo, son profundamente inmorales. Están fuera de toda lógica, siempre ha sido así, pero más en este contexto donde no hay un mango en la calle. Les sugiero que si van a perpetrar estas maniobras, al menos guarden silencio, así no nos enteramos de nada, y seguimos viendo impávidos cómo se destruye la industria, la producción, y el empleo. Nos ahorramos un disgusto. 

Pero en algo tenía razón Milei: El Congreso, compuesto tanto por oficialistas como opositores, es un nido de ratas. Dudo que haya habido alguna resistencia cuando se propuso esa suba salarial, porque para eso sí se ponen de acuerdo enseguida, no importa de qué bloque sean. Pienso que los medios dedicarán uno o dos días más a hablar de esto, y luego ya nadie se acordará, porque se seguirá despilfarrando guita nuestra en financiar los mismos agujeros que deja el Estado, el mismo Estado al cual consideran una criatura aberrante. Sí, el discurso del déficit fiscal suena muy lindo para la tribuna, hasta que te toca el bolsillo a vos.

 Si hay una frase antológica que desnuda la hipocresía, es aquella que el flamante mandatario pronunció en las escalinatas del Congreso: "El ajuste lo hará la política". Bueno, gracias por avisarnos cómo iba a ser la cosa, ahora viendo esto me quedo más tranquilo...

Buscan generar impacto en la opinión pública con golpes de efecto cazabobos, diciendo "logramos un ahorro de millones de pesos en esto y lo otro", como de hecho anuncia regularmente Adorni, el vocero. Pero no se atribuyen como mérito aquello que deberían hacer desde el primer minuto. Para eso los votaron, creo yo. Reducir la flota de vehículos oficiales, o dejar de comprar diarios en papel... aun cuando sea cierto, no son logros como para que se calcen ninguna medalla. Vamos, muchachos, hablemos en serio, que somos gente grande. Demuestren que son capaces. O mejor dicho, inviertan la carga de la prueba: Demuestren con hechos que no son corruptos, cínicos, y tecnócratas que gobiernan para los empresarios amigos. Eso no ha cambiado en 41 años de democracia: Directa o indirectamente, los gobiernos han otorgado privilegios para la contratación de obra pública a los grandes aportantes de la campaña, o a grupos económicos que les retribuyen el favor con una suerte de protección, si hablamos de los multimedios. Otra vez: Nada nuevo bajo el sol. 

Sin embargo, viendo cómo durante cuatro décadas se alternaron en el poder peronistas, radicales, y macristas, haciendo negocios con sus favorecedores y aplaudidores, ya no es tan descabellado analizar por qué la mayoría del electorado votó a estos que se la daban de "outsiders", pero que son tan inoperantes como los anteriores. 

Bueno, si en la Casa Rosada creás un "Salón de los próceres" y dentro de ellos aparece una gigantografía de Menem, me exime de mayores comentarios. Nos estamos viendo pronto. Punto final. 

7 de marzo de 2024

El eterno forcejeo

 

Se está yendo el verano. Lo cual en apariencia carece de toda novedad y casi no tendría sentido mencionarlo. Pero no lo es, si tenemos en cuenta que el año pasado, la primera quincena de marzo nos castigó con una inusitada ola de calor que como ustedes recordarán, incluyó la suspensión de clases presenciales, y varias actividades más en el marco de una situación excepcional.

Todo hace pensar que esta vez eso no sucederá. Hay una gran amplitud térmica. Es decir que si salís de tu casa a las 8 AM probablemente esté algo fresco, alrededor de las 10 todavía persiste el calor, y ya para la noche retrocede nuevamente en un promedio de 15 grados. Se espera, además, una cosecha aceptable ya que ha llovido mucho más que en todo 2023. 

Pero lo que he notado desde hace ya largo tiempo, es que algunas personas ligadas al “campo”, nunca están conformes con nada. Nunca los escuché decir que les está yendo bien, aunque realmente sea así. Quizás en su momento se mostraron satisfechos con la quita de retenciones que implementó Macri, pero siempre subyace la queja ante cualquier cosa, cuando se sabe que muchos tienen una ganancia extraordinaria y les pagan a los peones o caseros sumas paupérrimas o en negro (reitero, NO son todos y por ende estarán aquellos que tendrán la consideración necesaria para que esos empleados estén en regla).

Me fui de tema, pero pese a ello lo voy a continuar: No es el objetivo de esta nota alimentar la eterna grieta entre el campo y un gobierno en particular. De hecho, mi tío es apicultor, y en el campo trabajan también mis primos. Tiene un patrimonio austero y le apasiona lo que hace. 

Sin embargo, ese deja vu que data de 2008, está lejos de resolverse o saldarse. Es imperdonable que hayan pergeñado una suerte de “lockout” y que hayan forzado a los camioneros a no distribuir a los supermercados y comercios de mercadería básica. En aquel tiempo consideraba justo el reclamo, pero mi percepción fue cambiando. Es decir, puede que sea justo o razonable, pero haber adoptado esa medida extrema, casi patoteril, bajo un “paraguas” que se dio en llamar Mesa de Enlace, me resulta nefasto analizándolo en retrospectiva.

Como ninguna de las partes (Gobierno vs. Mesa de Enlace) estaban dispuestas a ceder, el diferendo se dirimió en aquel imborrable “voto no positivo” de Cobos, que tuvo que desempatar y selló la suerte de la iniciativa impulsada por CFK. Previamente, Cristina fue acrecentando la escalada de la disputa, inclusive utilizó la Cadena Nacional para ese fin, y con los hechos consumados, todo ello fue un revés que –a mi modo de ver- fue la primera gran crisis que tuvo el kirchnerismo. Quedaron totalmente descolocados, precisamente por apostar “A todo o nada”. Alberto F., por entonces Jefe de Gabinete, tuvo que renunciar porque tenía una vocación dialoguista y para los talibanes K eso era inaceptable. Se dejaron llevar por la soberbia, por eso es importante ver las dos caras de la moneda. Se dice que, tras ese mazazo, CFK acusó el golpe, se derrumbó y hasta amagó con renunciar. Hay varias hipótesis al respecto, sin embargo, transcurridos casi 15 años no hay manera de comprobarlo.

Cobos, de haber renunciado, y con un alto grado de popularidad (solamente sustentado en aquella votación), podría haber hecho una carrera política interesante e incluso, ser el candidato ideal dentro de la UCR para las elecciones que se avecinaban. Pero no lo hizo. CFK y el Vice nunca más se dirigieron la palabra. La frialdad entre ambos era palpable, aun cuando tenían que compartir algún inicio de sesiones y no les quedaba más que el recurso de una distante cortesía. Néstor todavía estaba vivo, y hubo muchas deliberaciones en la Rosada respecto a cómo seguir. Recordemos que Cristina había asumido su primera presidencia el año anterior a que estallara todo el quilombo, pero lo más notable es que consiguió ser reelecta. Al fallecer su marido, ya no estaba la posibilidad de ir alternándose los mandatos recíprocamente, aquella maniobra que se conoció como “doble comando”. Y aquellas listas testimoniales, en las cuales aparecían como primeros candidatos gente que todos sabíamos que sólo prestaba su nombre pero que no iban a asumir, fue una vergüenza institucional.  

Para no hacerlo demasiado extenso, ahora estamos en 2024, y yo realmente no sé si algo ha cambiado: Me refiero a la relación que puedan tener los libertarios con el campo, si tenemos en cuenta que el Presidente es un mono con navaja. En una próxima nota, si me tienen paciencia para hilvanar con más precisión algunas ideas, volveré sobre este tema con un enfoque más apropiado. Nos estamos viendo pronto. Punto final.

3 de marzo de 2024

El culto a la haraganería es el éxito del celular

 

Los recuerdos de la infancia son los mejores. No digo que toda la etapa de la Secundaria carezca de momentos buenos, pero eso es otra historia, varía según cada persona. No voy a caer en la nostalgia, de manera que pueden seguir leyendo esta nota con tranquilidad. Ser alumno de una escuela primaria, a mediados de los ’80, era muy diferente a lo que vino después, es decir, los ’90. Hablo de la sociedad, de las costumbres, de la Argentina. Fui a una escuela privada, sin embargo en el aula éramos todos iguales, me refiero a que seguramente había chicos cuyas familias tenían más guita, pero eso no se notaba, quizás porque no había ostentación ni desmesura. 

Ya cuando uno es adolescente eso cambia, porque hay uno que sale al boliche con ropa de determinada marca, para tirar facha o no sé qué, y otro no puede hacerlo. Un pibe lleva puestas las zapatillas con toda la onda, tiene los “compacts” que todos queremos escuchar (años 90), y otro no puede acceder a nada de eso. Uno se destaca en las clases de Educación Física, y el grupito que no lo consigue es relegado, inclusive, por el propio profesor. Bueno, es entonces cuando te das cuenta en qué casos cuál es el sentido verdadero de la inclusión, que está a años luz de lo que se declama públicamente. Que vos no sepas jugar bien al fútbol, no significa que no te puedas destacar en atletismo, o en cualquier otro deporte aunque no sea el más popular o convocante.

Yo no sé si lo que estoy describiendo sigue pasando, pero en síntesis es así: Le joden la vida a un pibe por el sólo hecho de marginarlo, porque esos "docentes" tienen una mirada tan obtusa que no pueden contemplar siquiera lo que representa que todos tenemos capacidades, habilidades, destrezas. Y por ende, ser competitivos en algún aspecto.

En mi familia, ni a mi hermano ni a mí NO nos trajo un problema ir a la escuela. Me refiero que había que ir, y punto. Si me pongo a pensar ahora qué aprendí o qué no, es harina de otro costal. Cualquier chico aprende a hacer las cuentas: Sumar, restar, dividir, y multiplicar. Pero muy difícilmente lo siga ejercitando de adulto, porque usa una calculadora y listo (yo también lo hago). En el párrafo que sigue vas a entender por qué digo esto.

Entonces, cuando entra en juego toda esta cuestión de los celulares y qué se yo, antes de rasgarse las vestiduras, habría que pensar cómo empezó todo. En sus orígenes, había buscadores y navegadores de Internet eran bastante rudimentarios, tal es así que ya no existen (Netscape, Internet Explorer, Altavista). Pero sea como fuere, en ellos vos tenías que ingresar lo que querías buscar, con determinada precisión. Luego Google rompió todos los esquemas, porque habilitó funciones como autocompletado o dictado de voz (había un botón muy popular que decía “voy a tener suerte” y te mostraba el resultado más visto), y todo eso fue fomentando la haraganería. A su vez, el teclado de un celular promedio, es predictivo. Va tratando de adivinar lo que vos querés escribir en un WhatsApp porque memoriza las palabras que vas escribiendo. Todo ello hace que sea más fácil completar la frase de un mensaje. 

La gente se impacienta y busca contratar el plan que asegure la conexión más rápida, pero si tu computadora es muy pedorra o muy vieja, dudo que tengas el resultado que esperás. Si el celular lo domina todo, es porque fue sumando funciones que antes estaban en dispositivos separados: Radio, la ya mencionada calculadora, linterna, hora y alarma, pronóstico del tiempo, cámaras de fotos cada vez más sofisticadas… Incluso, como los fabricantes o desarrolladores detectaron que la gente se fotografía a sí misma, incorporaron una cámara frontal (o selfie).

Las redes sociales darían lugar para un capítulo aparte, porque saben todo de vos: Tus preferencias, cuáles publicaciones te gustan y cuáles no, tu número de celular, contraseñas, fechas de nacimiento, en fin… la lista es tan amplia que puede haber información sensible que yo mismo desconozco y que está ahí, en algún lugar. Con los algoritmos a pleno, por supuesto. Ya nadie se sorprende de que entres a una determinada página, y luego al ingresar a tu cuenta de Instagram o FB, te aparezca una publicidad relacionada con eso. El problema es que naturalizar ese fenómeno, y aceptarlo como parte de esas políticas de privacidad o “términos y condiciones” que nadie lee, nos conduce a estar todo el tiempo mirando boludeces. La vida real es otra cosa.

 Sí, no voy a negar que hay tutoriales buenísimos, que el celular puede ser útil para conocer cómo cocinar algo que te guste, para ver un documental, o recordar en qué año se filmó una película, pero a un nivel superior no te va a enseñar nada. También es verdad que podés aprender algo leyendo Wikipedia, pero como siempre hay artículos en disputa en torno a su posible neutralidad, puede servir a modo de divulgación (recomiendo leerla en inglés porque se citan más fuentes y ello la hace más confiable). A nivel académico, nadie utilizaría Wikipedia para investigar o para escribir una tesis. Pero antes de irme completamente de tema, llama la atención cómo se justifican que vos concedas ciertos permisos: dice algo así como “para mejorar tu experiencia, Google (o el servicio que sea) recopila tu información personal y de tu historial de navegación”. Estoy exagerando en un punto, pero básicamente en todos lados es así. Lo mismo con los cookies.

Pues bien: Eso no mejora en nada la experiencia personal para usar un teléfono, sino que enriquece las bases de datos de terceros. Hace 15 o más años, se vendían millones de mails en un archivo de Excel con total impunidad, y quien compraba eso, se aseguraba que te iba a mandar cualquier correo electrónico en carácter de Spam casi hasta la eternidad. Hoy, en cambio, ya ni se toman el trabajo de hacer eso, van indagando en tus preferencias personales y en función a ello construyen tu perfil como potencial consumidor de cualquier basura. Y algo más: Así como arranqué diciendo que antes te otorgaba cierto status tener unas zapatillas Nike o Reebok, eso también cambió. Hoy podés andar en patas, pero si tenés un Iphone sos un rey (en líneas generales, no se trata de ofender a todos quienes lo posean).

 Ahora, si vos me preguntás cuál es la solución ante todo lo que acabo de exponer, te diría: Usar el celular lo mínimo posible, ante una necesidad concreta de responder un mensaje, o de efectuar una llamada. 

En la vida fuera de la pantallita, si te ponés a pensar, pocas cosas requieren urgencia (asistir a un familiar enfermo, realizar trámites y pagar cuentas,comprar comida). No puedo asegurar que esa autolimitación traiga mayor efectividad, pero en última instancia, podríamos tomarlo como un buen paliatiavo. Nos estamos viendo pronto. Punto final.

Causas y consecuencias

 

Domingo por la mañana en la ciudad. Mientras me cebo unos mates, trato de aprovechar este momento del día para dedicarme a todo lo que no pude hacer el resto de la semana, y también para despegarme transitoriamente de la “rosca”. Para escribir, aunque sea cualquier tontería, prefiero el silencio. Para leer, lo mismo. Es indistinto si vamos al caso, porque necesito un grado  de concentración en lo que estoy haciendo.

  

Si vas a dirigirte a una persona para plantearle un reclamo o una queja, es necesario que tengas argumentos sólidos. Hay gente que es muy hábil para desviar el tema, para no responder abiertamente lo que vos le estás recriminando. El arte de negar todo, de mentirte en la cara, es inaceptable. Pero pasa todo el tiempo, en las oficinas públicas, en los comerciantes que quieren venderte cualquier porquería... No hace falta abundar en detalles.

 

Cuando algo afecta mis intereses, como les puede suceder a cualquiera de ustedes, mi primer recurso es ser componedor, evitar ir al choque. Pero si no queda otra opción, voy al hueso: Tengo que confrontar a quien me está perjudicando. Yo defiendo lo mío. Claro que, ya a esta altura, no me cagaría a trompadas con nadie, eso está totalmente descartado. Incluso siendo más joven nunca me caractericé por irme al mazo. Digamos que no es la mejor solución: Pueden denunciarte y termina siendo un problema más. Llegado el caso, también podrías denunciar vos al otro, pero litigar es muy tedioso 


En resumen: Aunque que ninguna de las dos partes accione legalmente, el problema seguirá estando ahí, sin resolverse. Y eso es volver a foja cero.

 

No obstante, siempre pienso en aquella frase de El Quijote: “Ladran, Sancho”. Si la gente habla de vos, puede ser por varios motivos, pero uno de ellos es que mencionan o destacan tu trabajo, las cosas que hacés, o la creatividad que le ponés. Y por otra parte, los comentarios desfavorables surgen de la envidia o del desconocimiento.

 

Voy a explicar brevemente este punto. Me ha pasado de escuchar a gente amiga, hablar mal de un tercero. A veces me hago el gil, pero cuando ya estoy un poco podrido, le digo: “¿Pero qué te hizo Fulano, qué tenés en contra de él?”. Conclusión: No saben qué responder. Queda en evidencia que ese tipo que constituye el centro de la conversación no los perjudicó para nada. Esa malicia desplegada entre cada sorbo de café pasa por otro lado, e incluye atribuirse méritos que no son tales para restárselos al hipotético “enemigo”. Por ejemplo, afirmar que Fulano aprendió todo lo que sabe gracias a él, y que es un desagradecido, un ingrato, que no tiene capacidad para crear un estilo propio. O “no sabe escribir, ni siquiera puede redactar una necrológica”. ¡Loco, qué te importa a vos, si es así que haga su vida! En fin, la lista de pelotudeces que se dicen es bastante extensa y me demandaría varias notas. Pero tranquilos, no lo haré, porque creo que se entiende lo que pretendo expresar. 

 

Todo lo que hago a nivel laboral, tiene como premisa el profesionalismo. Puede que el resultado no sea el que yo pretendo, pero no pierdo de vista el objetivo. Así funciona. La gente no tiene la culpa de tus problemas, frustraciones o fracasos. Todo eso se elabora o se procesa otros ámbitos.  Ya sé, dicho así para muy fácil, y probablemente no lo sea, pero es lo único que se me ocurre decir en este momento.

 

Alguien me podrá ver tomando un café a las 10 de la mañana y decir: “Mirá este, es un vago”. Me ch.. un h…!!! Porque cuando vos dormís, yo trabajo, y viceversa. Porque cuando yo escribo un texto y lo corrijo 10 veces, vos no podés ni hacer la “o” con un vaso. No jodamos. Si yo te pidiera plata para tomar ese café, sería distinto. Pero como no lo hago, no tenés derecho a juzgarme, ni a mí ni a los otros que están en ese bar a la misma hora. Cuando estoy ahí, me quedo unos 30 minutos y sigo viaje. Hay algunas excepciones, pero ya mencioné en otras notas, y tienen que ver con aquellos que viven de la especulación o de la timba financiera. Están todo el día, son un mueble más.

Otra cosa: Se sigue diciendo erróneamente que los periodistas somos "formadores de opinión", como si la opinión pública fuera un trozo de plastilina que puede moldearse a su antojo. Ese modo de pensar no hace más que subestimar a los lectores o televidentes, creyendo que no tienen la capacidad de formarse un pensamiento propio, más allá de lo que uno diga o publique. Ellos tiene ideas y creencias preexistentes, y todo ello tiene un peso al momento de fijarse una postura.

Para concluir, a veces me preguntan si este blog se dedica a una temática en particular, o si tiene un estilo definido. Bueno, la verdad es que no.

Cuando empecé a escribirlo, no tenía un perfil crítico, los posteos estaba más relacionados con cosas que me provocaban curiosidad, con el hecho de observar las tendencias, cambios, o fenómenos sociales, modestamente hablando. Es como mirarse el ombligo, porque es obvio que la carga subjetiva que puede caber en un análisis de ese tipo siempre está.

 

Pero, volviendo al tema, creo que la persona que lee asiduamente un blog cualquiera (no sólo éste), ya sabe con qué se va a encontrar. En lo que a mí respecta, puede suceder que publique de buenas a primeras sobre un tema que me incentiva a escribir, y que quede medio descolgado. Esos virajes tienen que ver en que no quiero sentirme atado a escribir comentarios ácidos o irónicos todo el tiempo, como los que abundan en los memes o en Tik Tok. Te vas repitiendo sin darte cuenta, pero aun así, vos no sos el mismo. Nos estamos viendo pronto. Punto final.   


Hasta que el destino nos alcance

  Nos tocó otros comienzo de semana con lluvia. La verdad es que hacía tiempo que tenía ganas de escribir algo nuevo. Pero, que sea algo “nu...